Hoy se celebra el Día Mundial de la Voz, y nos parece el momento perfecto para poner en valor algo que a menudo pasa desapercibido, pero que tiene un peso enorme en la construcción de marca: el tono con el que hablamos. 

Porque no se trata solo de qué decimos, sino de cómo lo decimos. La voz, en comunicación, es mucho más que sonido. Es personalidad, es emoción, es intención. Y cuando está bien definida, se convierte en un rasgo distintivo tan potente como el logotipo o los colores corporativos. 

La voz que deja huella 

Hay marcas que, con solo escucharlas, ya sabes quién está detrás.
Piensa en el tono directo y motivador de Nike, en la cercanía con la que comunica IKEA, o en el estilo fresco y desenfadado de Netflix. Todas han construido una voz propia, coherente, reconocible. Y eso no es casualidad: forma parte de una estrategia pensada para conectar de forma auténtica con su público. 

Las marcas también se escuchan 

En DISSET, cuando trabajamos la comunicación de una marca, no solo pensamos en lo visual. También ponemos mucho foco en su voz. Y no hablamos solo del tono en redes o en la web, sino también en formatos como las cuñas de radio, donde la palabra hablada cobra protagonismo. 

Algunos ejemplos: 

 

Cada palabra, cada pausa, cada matiz, está pensado para que la marca suene auténtica. Porque lo que se dice importa, pero cómo suena… también. 

¿Y tú, sabes cómo suena tu marca? 

Definir el tono de voz es una de las claves para construir una marca sólida y coherente. No es solo cuestión de estilo, es una herramienta estratégica que puede marcar la diferencia entre pasar desapercibido o conectar de verdad. 

Por eso nos gusta ayudar a encontrar la voz de tu marca, a definirla, trabajarla y adaptarla a cada canal. Porque cada historia merece ser contada con personalidad. Y eso empieza por encontrar el tono justo. 

 

 

 

 

 

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